SAN DIEGO, California, EE.UU. (AP) — Un juez federal sentenció el viernes a dos hermanos que
eran agentes de la Patrulla Fronteriza a por lo menos 30 años de prisión por
coordinar la entrada de cientos de inmigrantes no autorizados a Estados Unidos.
El juez federal de Distrito John Houston
sentenció a Raúl Villarreal a 35 años por liderar la red de tráfico de
inmigrantes. Su hermano, Fidel Villarreal, fue condenado a 30 años por
administrar la operación.
Las condenas están entre las más fuertes
impuestas a agentes policiales.
Houston dijo que lo hizo así para disuadir a
otros y calificó la red de "vergonzosa" y una amenaza a la seguridad
nacional.
Los hermanos fueron acusados de cobrar por
ayudar a más de 500 inmigrantes a cruzar la frontera desde México.
Los fiscales dijeron que Raúl Villarreal
—quien se presentó varias veces en televisión como portavoz de la Patrulla
Fronteriza y en una ocasión hizo el papel de un traficante de personas en un
anuncio de servicio al público— reclutó a su hermano para traer ilegalmente a
mexicanos y brasileños. Una mujer brasileña dijo a los investigadores que pagó
12.000 dólares para cruzar la frontera.
Autoridades federales dijeron que los hermanos
también recibieron sobornos de funcionarios públicos.
La investigación federal comenzó en mayo de
2005 cuando un informante le pasó el dato a la Policía de Inmigración y Control
de Aduanas. Los investigadores instalaron cámaras en áreas donde dejaban a los
inmigrantes, colocaron escuchas e instrumentos de seguimiento en vehículos de
la Patrulla Fronteriza. También hicieron seguimientos de las operaciones de la
red desde aviones.
Los fiscales agregaron que los hermanos se
enteraron de que eran objeto de una investigación en junio de 2006, y que
entonces renunciaron y huyeron a México.
Dos años más tarde fueron arrestados y
extraditados a Estados Unidos, donde los encausaron por tráfico de personas,
amenazar a testigos y soborno.
David Nick, abogado de Raúl Villarreal, alegó
que los testigos de la fiscalía no eran creíbles y que las actividades de
vigilancia no ofrecieron pruebas de nada ilegal por parte de su cliente.
Zenia Gilg, abogada de Fidel Villareal, se
hizo eco de ese argumento y planteó que el caso de la fiscalía se basaba en lo
fundamental en dos supuestos cómplices a quienes prometieron clemencia por
declarar, así como "declaraciones poco uniformes" de inmigrantes.
La Patrulla Fronteriza ha sufrido varios de
estos casos desde que la cantidad de agentes aumentó al doble en menos de un
decenio, incluido el caso de un agente que se declaró culpable en abril de
traficar marihuana mientras estaba de servicio en la frontera entre Arizona y
México.